Por Antonio Malacara Palacios. Publicado en la edición impresa y en el sitio web del periódico La Jornada el domingo 16 de mayo de 2021.
Publicación original: https://www.jornada.com.mx/2021/05/16/opinion/a08o1esp

Jueves de jazz en el Ofelia.

Al parecer, la niebla empieza a disiparse (al menos en lo que al coronavirus se refiere) y los conciertos presenciales regresan a los diferentes clubes y foros del país. Y uno de los primeros y más atractivos proyectos es Jueves de jazz en el Ofelia, un ciclo de conciertos en el célebre y siempre bello teatro Ofelia (avenida Thiers 287, colonia Anzures). Un ciclo que bajo la curaduría de Israel Cupich resulta toda una garantía de calidad musical.

Desde la primera vez que escuchamos a Israel en el contrabajo, supimos que era un músico de excepción, que nunca se limitaba a construir plataformas para sostener el andar de los demás músicos, que siempre tenía un discurso propio, ya fuera en la primera voz o en el rol de acompañante. Pero cuando lo escuchamos hablar, fue evidente que no sólo era un estupendo jazzista, que tenía mucho más que dar en la incipiente escena del jazz mexicano.

Fue así como Cupich llegó a la creación de la asociación Jazz Mx y a la subsecuente apertura de espacios y la abundante organización de conciertos. Jueves de Jazz en el Ofelia es lo más reciente en su admirable (y agradecible) deambular por los terrenos de la promoción.

La programación ha sido de primera. El ciclo inició el 23 de abril con el GIN Trío e Iraida Noriega. De ahí siguieron Juanjo Gómez, el trío de Alex Mercado y Rychie Vega. El jueves 20 será el turno del propio Israel. Todo ello, bajo el cobijo de Jazz Mx.

Le preguntamos a Cupich quiénes conforman el equipo organizador de todo esto y nos dijo: Ayudándome en la gestión y la mercadotecnia, está mi chica, Mónica Castillo, que estudió mercadotecnia, precisamente. Eso hace muchísima falta en el jazz de este país, porque el concepto, la técnica, el talento, el espíritu, todo esto es indispensable; pero las técnicas para mejorar la comercialización, el flujo de las obras, se han descuidado mucho. Sí, nos hemos dado cuenta y ahora estamos en eso, Antonio, tratando de meterle por lugares a donde no habíamos podido entrar.

¿Cómo les ha ido con estos ciclos de jazz en el teatro Ofelia?

Bastante bien. La respuesta del público no ha sido lo deseado; pero con todas estas eventualidades, es una grata sorpresa que la gente esté acudiendo al llamado, que ya salga queriendo escuchar música en esta reapertura, aunque sea de manera parcial.

El Ofelia es un teatro muy bonito. Deben caber como 400 personas, ¿no?

Son 300 personas las que caben. Y ahora, con estos protocolos de seguridad, 30 por ciento son 90 personas, que en el terreno del jazz es bastante bueno. La semana pasada entraron 55 para el concierto de Alex Mercado, que es el número más alto que hemos tenido.

Y para el próximo jueves, ¿vas tú?

Sí. El jueves 20 toco yo con mi proyecto de La Danza, que es el disco que saqué en 2017.

¿Con la misma banda del disco: Verástegui y Jahaziel…?

Va Verástegui en el piano, va Gustavo Nandayapa en la batería y Cristian Mendoza en el saxo, con las composiciones de La Danza.

Con una secuela del hard bop que navegabas en un principio.

Esto es una mezcla un poco más moderna, por llamarla de alguna forma; dejando un poquito las sonoridades del hard bop y haciendo una cosa de corte más moderno… con la visión que tengo dentro de la música, haber estudiado toda la tradición, luego pasar del bebop al hard bop, y hacer los estilos en que me enfoqué por muchos años… ahora trato de digerir toda esa música, todas esas influencias, con una visión de hoy en día.

¿Qué implica esto de una visión de hoy en día? ¿Compases compuestos, una rítmica más intrincada, estructuras armónicas más complejas…?

Exactamente. De hecho, hay un par de temas que retomo de mis anteriores discos, pero con una visión totalmente distinta.

Para el jueves 27 de mayo el turno será de Lea María Suárez, una cantante de jazz tradicional originaria de Charleston, de padre mexicano y madre estadunidense, que vino para echar un vistazo a sus raíces mexicanas y decidió establecerse en la Ciudad de México. En este concierto la acompañará la excelente guitarra de Alberto Medina y el contrabajo de Israel Cupich.

Buen provecho

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